Columnas

Saturday, March 25, 2006

El valor de una felicitación

Por Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@ahora.cu
www.ahora.cu
Desde hace días no le comentaba sobre las horas de cierre de nuestro periódico ¡ahora!, este semanario que, al salir, deja en la redacción materiales para cuatro o cinco periódicos más, otra crueldad del bloque yanquis.
Esta edición, la número 9 mil 571, nos sorprendió agradablemente una congratulación que trasmitió Fidel, nuestro Comandante en Jefe, al pueblo holguinero.
Que Fidel felicite a una provincia, acá en Cuba es un gran premio, por el respeto que se ha ganado en casi 60 años de lucha constante para darle lo mejor a sus compatriotas. Porque siempre ha sido el primero en la lucha, el que más se exige y el primero en criticar lo mal hecho o reconocer donde se equivocó.
Son pocos los líderes del mundo que despiertan tanto amor entre los suyos. Cuando los niños acá comienzan a hablar una de las primaras palabras que pronuncian es Fidel y lo descubren en la televisión o en una foto.
Es el primero que no permite el culto a la personalidad y jamás quisiera que lo distingan. Hace mucho tiempo que con Martí, nuestro apóstol nacional, aprendió que toda la gloria del mundo cabe en un grado de maíz.
Ahora los holguineros, orgullos de decir que Fidel nació en esta provincia, en un apartado lugar llamado Birán, en el municipio de Cueto, en callada complicidad, queremos festejar el cumpleaños 80 de nuestro Presidente y decimos así nuestro porque nace desde el corazón.
Puedo afirmar que ya funcionó el resorte de la callada complicidad, porque inauguramos la casilla de los regalos para el Comandante, como casi todos le nombran en Cuba. Solo se solicitó que el mejor regalo era el trabajo arduo de cada uno en sus puestos, así lo convocó un joven villaclareño, quien desde hace varios años dirige en la provincia de Holguín.
Díaz-Canel es ese joven, amante de la cultura, deporte. De su apretadísima agenda, donde casi no hay segundos libres, la comprime para jugar softbol cada sábado. Es defensor de la cultura del detalle, de enriquecer la espiritualidad de las personas y mejorar, cada vez más, las imágenes de los pueblos y ciudades holguineras. A él se le ocurrió, al despedir el 2005, en las montañas del municipio Sagua de Tánamo, convocar a una cruzada para homenajear al Comandante y cómo para no herir su sensibilidad pidió que fuera en Callada Complicidad.
De ahí el gran valor de esta felicitación que ¡ahora! publica en su primera plana.
Los primeros que se alegraron fueron Díaz-Canel, Sergito, otro joven dirigente que vino desde Pinar del Río y Olivera Fis, el presidente del Gobierno aquí, un negro que nació en San Germán, una zona azucarera próxima al Río Cauto, el más largo de Cuba, y ha visto sus sueños realizados con esta Revolución de los humildes y para los humildes, sus antepasados fueron esclavos y vilipendiados siempre, hasta tenían que dejar la acera cuando venía un blanco por ella, aún en la llamada seudo república, cuando mandaban aquí los yanquis, algo así parecido a lo que pretende el Plan Bush hacer con Cuba.
O sea que en estos tres meses iniciales del 2006 la convocatoria a trabajar más funcionó y los holguineros nos destacamos en las obras para los grupos electrógenos, que permitirán en la provincia eliminar los apagones por desperfectos de las termoeléctricas generadoras.
Esas edificaciones y otras dentro del programa de la Batalla de Ideas, que tienen que ver con la Salud Pública y Educación, han ido a trabajar, con orgullo y pasión, cientos de personas voluntariamente, que luego se beneficiarán con sus servicios. Así somos los cubanos.
Tenemos muchas carencias, incluso el azote de la sequía que insiste en mortificarnos año por año, pero somos felices aquí y dueños del futuro.
Por eso disfrutamos tanto esta felicitación de Fidel y seguimos en Callada Complicidad para darle más satisfacción en sus 80 cumpleaños.