Columnas

Saturday, July 15, 2017

El oficio de un pueblo es crear


#CubaEsNuestra, #Holguínahora

Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Si algo caracteriza  a este año el 26 de Julio, aparte de su olor a tabaco, por la sede central en la tierra de los famosos habanos,  es la de suceder en un tiempo crucial de la Revolución Cubana: momento del cambio generacional paulatino y  el crecimiento del acoso yanqui, fundamentalmente, a nuestra juventud.

Ocurre  en una compleja situación internacional, atizada por: países progresistas, renovación de la derecha, determinación de destruir a estados progresistas, golpes de estado parlamentarios, para acabar con gobiernos legítimos, elegidos por el pueblo, violencias y confrontaciones mediáticas, ideológicas,  subversiones, injerencias.

El reciente show miamense y la postura del actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, equivalen a un retroceso a la postura de su antecesor Barak Obama  con la intención marcada de destruir a la Revolución.


En resumen, más bloqueo y restricciones  a un archipiélago que ya cumple 59 años del Triunfo del Primero de Enero envuelto en palabras  claves: resistencia y valentía, por la   principal razón de preservar la designio de construir el  socialismo a cualquier precio, a sabiendas del significado del capitalismo en esta geografía.

La última Asamblea Nacional, del Poder Popular, acaba de ratificar el  carácter humanista de la Obra, liderada por Fidel Castro, al anunciar la materialización de un presupuesto diseñado, mayoritariamente, para resolver cuestiones del pueblo y eso es sui géneris en un mundo signado por beneficiar a un poco de ricos.

Pero, para tener dinero y  darlo a las masas, hay que tenerlo. Según Martí: “El oficio de un pueblo es crear, y la fuerza del mundo está en quienes producen”. 

En  este combate popular por mejorar la existencia cabe todo aquello que añada bienestar a la convivencia, como la eliminación de las indisciplinas sociales, corrupción,   las ilegalidades, el maltrato, la informalidad, la prepotencia, injusticias, ineficacias, inmovilismo, los escasos de iniciativas  y quienes, con total inflexibilidad, añaden permanentemente un No se puede a su lenguaje.

Para el futuro del país  urge el avance en la actualización, renovación, transformación o implementación, pero, siempre, dentro de los límites de un sistema que, desde 1959, centra, todos sus esfuerzos, en atender las necesidades del hombre y la mujer cubanos, porque como insiste las  fórmulas neoliberales que propugnan la privatización acelerada del patrimonio estatal y de los servicios so­ciales, como: salud,  educación y  seguridad social, nunca serán aplicadas en el socialismo cubano.

Eso del centrismo político no es un invento nuevo y menos una corriente que resuelva nuestros problemas con lo “mejor” del socialismo y el capitalismo. Es algo del Siglo XIX diseñado para acabar con todo lo que implique poder popular. El centrismo es un arma confusa que pretende instaurar la falta de soberanía nacional.

 El desarrollo del país depende de nosotros mismos y con nuestros propios recursos y esa verdad, incuestionable, entra en contradicción con aquellos quienes piensan en avances y miran frontera afuera, con altas dosis personales, muy alejadas de la colectividad.

No hay varitas mágicas para resolvernos las dificultades con simples toques y, de más está decir, que la fuerza de los brazos cubanos es definitoria: Productividad, disciplina, entrega, consagración, eficacia, calidad, organización o  trabajo útil son llamados vitales en estos momentos y sería lamentable convertirlos en nulidades a fuer de repetirlos.

Si eso no se comprende con interiorización estamos renunciando a un Sistema comprometido con el humanismo, como ninguno en este mundo y sería muy triste, como expresó Fidel: “No permitamos jamás que lo que hoy nos alegra a todos sea mañana, por indolencia o irresponsabilidad, motivo de tristeza y frustración”.

En  las palabras finales del noveno Período Ordinario de las sesiones de la VIII legislatura de la ANPP Raúl  volvió a subrayar en cuanto a las relaciones con Estados Unidos: “nunca  debe pensarse que la Isla hará concesiones referentes a su soberanía e independencia, ni negociará sus principios”.

Al celebrar el Día de la Rebeldía Nacional por primera vez sin la presencia física del Comandante  en Jefe Fidel Castro, el reto continúa siendo avanzar en el camino soberano escogido por el pueblo.
 

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