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Thursday, February 23, 2017

Mejores vinos artesanales holguineros en Ciego de Ávila


                              rodo@enet.cu
#Holguín muesttras de vinos artesanales
El Club de vinicultores artesanales Bayado,  de la provincia de Holguín, participa, desde hoy, en el XXVI Festival Nacional de Vinos, con sede en Ciego de Ávila.

La representación holguineras la emcabeza la diva del vino cubano Raquel López Durañona, la mujer más laureada en estos eventos, quien compite en vino tinto, la delegación la integran, además, el presidente del Club Rosell Martínez Pérez, con un rosado y un seco;  Ivett Pupo Pupo, con balnco y espumoso; Luis Bermúdez Rodríguez, el gran premio del Festival anterior, con un dulce  y semidulce; Fredy Peña, con un semi-seco.

Cayetano Rodríguez, presidente del Club La Trocha en Ciego de Avila, explicó a PrensaLatina que el encuentro será un espacio para intercambiar ideas sobre la cultura y la historia de la bebida en diferentes regiones de la isla.

Apuntó que cada provincia presentará sus mejores muestras y un jurado concederá un premio a los tres mejores vinos por las ocho categorías en competencia, según su olor, sabor y color.



Precisó que a la cita que se desarrolla hasta el próximo domingo, asisten productores artesanales por gestión propia, catadores y especialistas de la rama vinícola de la nación.

En el certamen compiten vino blanco, rosado, tinto, espumoso, seco, semi-seco, dulce y semi-dulce fabricados por familias dedicadas a esta actividad en Cuba.

El Club de Vinicultores de Ciego de Ávila se fundó en diciembre de 1985 y lo integran 32 productores de vinos, quienes de forma criolla elaboran el licor utilizando frutas tropicales, principalmente, guayaba, piña, naranja y fruta bomba, entre otras, explicó Cayetano.


 El primer festival se realizó en La Habana  en 1991 y, desde entonces, busca la excelencia de una de las bebidas más agradables para acompañar regalos,  alimentos, fiestas y brindis familiares. 

#Holguín miembros del Bayado en el Festival de La Habana
En el Festival provincial  de Holguín, efectuado recientemente, eligieron a los  integrantes del territorio para asistir a Ciego de Ávila, además  de la selección de las mejores  8 categorías, de unas 80 muestras presentadas por los miembros del Club Bayado.

En el  XXIV Festival Nacional efectuado, por primera vez en Santiago de Cuba, hace dos años primer lugar del evento teórico  fue para  “Evidencias terapéuticas de vinos de plantas medicinales”, de los holguineros Freddy Peña Abreu y Olga Rueda Garcés, el Club  Bayado solo ganó el primer lugar en el 2008, en Pinar de Rio y se alzó con el segundo lugar en el XVIII evento de Camagüey.

El Club de vinicultores artesanales Bayado  es de los tres más destacados en el país, por sus constantes actividades, desde la última década del Siglo XX hasta la actualidad afirmó,   Don Noel  Morales Rojas, presidente de la Coordinadora Nacional de Vinicultores.

Noel Rojas hizo un resumen del avance de la fabricación de esta bebida. Al referirse a las provincias más premiadas en los  festivales anteriores destacó en primer lugar  a Ciego de Ávila y  en segundo a Sancti Spíritus.

Significó como en casi todos los territorios  del país  crece la  tradición para la mayoría de sus habitantes, de una bebida que llegó a Cuba hace más de 520 años.

Abogó por incrementar  nuevos ánimos y  saberes,  para desarrollar, cada vez más, la vinicultura cubana, una práctica desde la familia, el barrio y  de cada localidad, con un sello propio de nuestras  frutas tropicales, para  enriquecer la cultura vinícola artesanal,  y fortalecer los grupos de catadores con experiencias,  dotes naturales, habilidades  y técnicas en aras de llegar a la excelencia en cada fábrica artesanal.

Más de cuatro millones de botellas de vino se comercializan anualmente en el país por los miembros de la Asociación Nacional de Vinicultores, informó Noel Morales Rojas.

Entre los vinicultores más premiados del país, en los últimos 24 años, están los holguineros: la multilaureda Raquel López Durañona  y Rosell Martínez Pérez.

El licor criollo en los últimos tiempos escala espacio en certámenes importantes al estilo de la Feria Internacional del Vino, de La Habana y se afianza entre los cubanos, especialmente en holguineros, como una bebida asequible económicamente, con calidad y versatilidad.

En Cuba unos  417 vinicultores artesanales están integrados a los clubes, la mayoría en las provincias de Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín, territorios donde la comercialización creció considerablemente en los últimos tiempos, con iniciativas populares como expendios en  establecimientos estatales y presentación, en el caso de esta provincia, en las Noches Holguineras y en el principal centro comercial La Marqueta.

  Algunos de los clubes en el país que estarán en el Festival  de Ciego de Ávila son Giraldilla y San Miguel de la capital del país;   Pinar del Río, (Viniprinci);  Cienfuegos, ( Jagua y Guanaroca),  Puerto Padre, Las Tunas, (Don Lorenzo); Santiago de Cuba, (Baconao y Siboney); Granma, (El Bayamés); Sancti Espíritu, ( el Trópico);  La Trocha, en  Ciego de Ávila  (es que más festivales ha ganado); Villa Clara (el Cubanicay)  y  Holguín,  (Bayado).

Para la tradición de mezclar azúcar, jugos de frutas y levadura para obtener una bebida alcohólica a partir de la fermentación usan  frutabomba,  naranja,  guayaba, piña, mango, carambola o pera china, uvilla,   marañón, tamarindo, cereza, ciruela, caña, fruta de maya,  canistel,  níspero, mora, jengibre y   flores como las de majagua, marpacífico,  rosa o romerillo.

Manuel Marrero Cruz, ministro  del Turismo en Cuba, elogió, en noviembre del 2014, la presentación y la calidad de los vinos artesanales  del Club Bayado, al recorrer una  de las versiones de las Noches Holguineras, catalogadas por muchos como todo un espectáculo cultural

Las Noches Holguineras  constituyen un espació recreativo-cultural con la combinación de opciones gastronómicas, culinarias, musicales,  exhibición de moda, actuaciones teatrales, del tradicional órgano, pantalla de cine y ofertas de la red de tiendas y desde su inicio previó la participación del vino artesanal, expendidos por sus propios fabricantes,  con el uniforme típico de ese espacio.

Las primeras competencias de vinos artesanales en el país comenzaron en La Habana en 1991, pero desde la década del ’80 se revitalizó la tradición de hacer vinos artesanales y, con ella, el gusto por su consumo.

Entre los clubes de vinicultores más antiguos de la Isla figuran, el Cubanicay, de Villa Clara; el Guanaroca, de Cienfuegos; y el Canario, de Sancti Spíritus, que data de 1948.

Recuerda, uno de sus fundadores, Noel Morales Rojas, el más premiado y el único fabricante del país que expende sus vinos caseros en una tienda con la marca Don Noel, elaborados a partir de la miel de abeja.

Inmortaliza a sus abuelos, productores de vino,  oriundos de San Bartolomé, Lanzarote, en las Islas Canarias, que en 1933 llegaron a Remedios, al continuar la tradición por sus padres, Agapito y Ramona y con su familia.

Con su magisterio  en esta magia resalta la calidad del vino holguinero y aboga por incrementar la cultura de  preferir el vino, por encima de cualquier otras bebidas, como siempre quiso el Comandante en jefe Fidel Castro.

La historia del Club de la provincia comenzó  el 20 de diciembre de 1994, cuando  nace entre los vinicultores de la Ciudad de los Parque, que luego lo nombran  Bayado,  en honor al cerro más prominente de estos lares, devenido símbolo de la región: La Loma de la Cruz, desde dónde el Papá Francisco bendijo la ciudad,  en su primera visita histórica  al territorio en septiembre del 2015.

En el alumbramiento mucho sobresale Raquel López Durañona, su fundadora, quien desde niña comienza en este arte, inspirada por su abuelo paterno, el que  llegó a esta zona Oriental desde su natal Villar, provincia española de León.
La Dama de los Vinos, como la conocen,  es la mujer con más premios ganados en festivales nacionales de vinos artesanales, tiene el reconocimiento de Gran Maestra del Vino otorgada por el Ministerio de la Agricultura Urbana,  en el 2006, e Hija Ilustre de la Ciudad de Holguín, e invitada de honor a todos sus festejos vinícolas  en la provincia de Cienfuegos.

#Holguín Rosell Martínez Pérez presidente del Club Bayado
Bayado extiende su activismo  al sumarse a eventos importantes,  como las  Fiestas de la Cultura Iberoamericana, en octubre,  donde levantan  las copas en Bariay para brindar por nuestra América, en las Romerías de Mayo, en la Semana de la Cultura y otros eventos de interés.
El presidente  actual del Club Bayado y representante de la Coordinadora Nacional de Vinicultores en el Oriente Cubano, Rosell Martínez Pérez,  defiende la importancia de elevar cada vez más la calidad de los vinos artesanales, que con características aromáticas y marcado sabor a frutas nacionales, son idóneos para ofertarse  en cualquier establecimiento del turismo en el Archipiélago.
 
Apuntó que entre los turistas, sobre todo canadiense y europeo, hay tradición en el consumo de vinos.

Cayetano Rodríguez Burgo, presidente del Club La Trocha de Morón,  en Ciego de Ávila,  el más ganador de los  Festivales dijo que el trabajo fundamental,  en los últimos años, es enseñar la cata a sus 32 vinicultores, para que evalúen mejor sus muestras, en aras de elevar la calidad y reconoció el ascenso en Holguín.

Roberto Alemán, vinicultor habanero, merecedor del primer premio con un vino semidulce, en el Festival de Camagüey, opinó que esa bebida posee la ventaja de producirse a partir de frutas tropicales, por lo que logra efectos positivos cardiovasculares, anticancerígenos, nutricionales, digestivos, antioxidantes y antiestrés.

Según  Prensa Latina la presencia vinícola en la Isla sobrepasa las 100 marcas, y entran anualmente al país unas 400 contenedores de vinos, un estimado de cinco millones 760 mil botellas.

Cuentan muchos de los vinicultores que llegan clientes procurando vinos de uva para una dieta, otros para rebajar al  ingerir  unos dientes de ajo en un vaso con agua y una copita de la bebida.

Personas operadas del corazón gestionaron el vino tinto para estimular la circulación, otros el de marañón o jengibre, como afrodisíacos y  la flor de majagua, contra la bronquitis, el asma o catarro o de tamarindo,  para estabilizar la presión arterial,  el marañón a   para  diabéticos.

Más allá del paladar
La ciencia demuestra  los beneficios  para la salud humana de consumir vino moderadamente. Según un nuevo estudio  aconseja tomar un vaso al día a los pacientes con cáncer de seno, para superar los efectos de la radioterapia.
 
 Una investigación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas),  el vino podría ser eficaz para la prevención de úlceras y gastritis producidas por la bacteria Helicobacter pylori y ahora descubrieron que el consumo moderado de vino ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer  y la demencia.

 Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington revelaron un ingrediente del vino tinto, hallado  en la uva, los arándanos y otras plantas, el cual podría prevenir algunas enfermedades de vista derivadas de vasos sanguíneos dañados en la retina. 
Raíces
 
Fue antes de Cristo, unos tres milenios atrás, cuando  la vid llega a Egipto y corre por los países mediterráneos, ante el asombro de muchos.  Según la historia, desde el siglo V, corrían vinos blancos, tintos o dulces, de varios tipos de uva.
La iglesia lo utiliza para el sacramento de la Comunión  y   en los siglos VI-VII,  puso, casi siempre, en manos de los monasterios la viticultura europea.
Aunque en el  2.300 a.C. los griegos y fenicios glorificaron la sapiencia del vino por el resto de las culturas y fueron, sobre todo, los fenicios quienes lo vendieron como una mercancía de gran valor.
 Para   los romanos el vino devino  obligación social saborearlo y,  por su potencial embriagador, había se  bebía en el Simposio y la copa  enaltecía a los dioses.
Holguín y su club Bayado aumentan  esta historia de siglos,  ahora con nuevos proyectos para el 2017 en los que sobresalga economía y salud, cuando saboreamos un  néctar  que, aunque les demos toques de modernidad, hace  más de 3 mil años cautivó a nuestros ancestros.

Por esos los vinicultores cubanos apostaran, en el Festival de Ciego de Ávila, por una mejor bebida

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