El hombre
como eslabón primario
Rodobaldo
Martínez Pérez
En el argot
de los sastres se dice: Hacer un traje a la medida y ese ha sido el principal
mérito del proceso de balance del trabajo del Partido en los municipios
holguineros, que concluyó en esta provincia el sábado 21, con el propósito de
implementar, en la base, los lineamientos
y objetivos del IV Congreso y la Conferencia Nacional.
No solo se
ha logrado el dominio de tales pautas rectoras, sino llegar al cómo hacer de acuerdo con las
características de cada lugar y eso significa acortar la distancia entre
pronósticos y realidades en cuanto a la actualización del nuevo modelo
económico y social cubano.
Mucho ha
tenido que ver no solo la voluntad de
emprender, sino la comprensión ante distintos caminos y tantas
modificaciones, y aquí cabe una
insoslayable fórmula: el socorrido cambio de mentalidad.
Diferentes
visiones para apreciar, desiguales maneras de actuar, disímiles formas para
llegar a los resultados resume un definitorio concepto implícito en la frase de
Raúl Castro: "O rectificamos o nos hundimos y hundiremos el esfuerzo de
generaciones enteras".
En todas las
asambleas efectuadas analizaron críticamente los problemas entorpecedores de la
marcha, pero predomina la búsqueda de las
mejores vías para encauzar las transformaciones económicas y sociales
emprendidas y eso habla de utilidad.
Se trata que las conducciones se han hecho sobre la base de una nueva
concepción de entender cómo responder desde lo individual y colectivo a cumplir
con la responsabilidad asignada, es decir el proclamado cambio de pensamiento
en la relación sujeto- sociedad, con una
cultura profesional altamente exigente con los roles asignados a cada quien.
Ese cambio
de actuación, que nos permita eliminar la inercia o dejar de convivir con un
problema en espera que otro venga a resolverlo, sustituye conceptos tradicionales,
incongruentes con la responsabilidad de hacer acorde a la demanda de la Cuba de
hoy.
La transformación se torna absolutamente
imprescindible, para encarar estos tiempos que son de trabajar
duro, porque lograr aportes concretos en la tarea de cada uno y con elevada competencia depende de la
capacidad individual con que se enfrenten.
Varias veces se ha reconocido que no resulta
fácil dar una media vuelta, volverse
otro y seguir como si no fueras tu mismo, pero no puede aspirarse a algo
distinto haciendo lo mismo. El hábito de dejar de hacer sin que nada pase es
incompatible con las aspiraciones de desarrollar un país con nuestras propias
fuerzas y recursos.
La sostenibilidad económica
y social que persigue la Actualización del Modelo Económico Cubano, con el
propósito de un desarrollo armónico que se consolide en los eslabones primarios de la sociedad, requiere
que el cubano trabaje bien durante su jornada laboral, con óptimo
aprovechamiento sin gastos innecesarios y despilfarro.
Cómo se aprecia el quehacer individual es
preponderante y poco sirve un individuo sin capacidad productora.
La sociedad
cubana en cualquiera de sus regiones,
observada recientemente en sus 14 municipios, tiene su principal riqueza en el
capital humano formado por la propia Revolución. El perfeccionamiento de la
sociedad cubana parte del hombre como eslabón primario.
No se logra, sino es un actuar con disciplina, en un ambiente de orden,
donde lo normal, si es una entidad de
servicio, es una prestación con eficacia
y si es productiva un cumplimiento con calidad y sin pérdida.
Los designados
al frente de los colectivos tienen doble misión: Velar por ellos, por sus trabajadores y consolidar un binomio con
iguales intereses a partir de esas fuerzas. Si el jefe no guía, se mal utilizan
las potencialidades y comienzan los incumplimientos.
La cultura que urge consolidarse comienza por
interiorizar que cada día se debe ir al trabajo
para generar resultados positivos.
El Partido
Comunista de Cuba (PCC) en estas
reuniones busca la transformación que consolide un nuevo hacer, a partir del denominado "cambio de mentalidad", lo cual nos alejaría, definitivamente, de "métodos burocráticos", los "dogmas y criterios obsoletos"
que frenan el avance de Modelo Económico Cubano, al entorpecer la
implementación de los 313 lineamientos aprobados por el VI Congreso y los 100
Objetivos de la Primera Conferencia Nacional del Partido.
El
hacer nuevo con el pensar viejo son polos encontrados que generan el
inmovilismo, son las barreras sicológicas freno a lo propuesto y lo que daría al traste con la actualización
del Modelo económico cubano. En eso debíamos meditar, porque su lectura más
trascendental sería no poder preservar lo que tanto debemos cuidar.