Columnas

Friday, January 27, 2012


Por una Cuba mejor
Rodobaldo Martínez Pérez/ ¡ahora!
rodo@ahora.cu

 Cuando Raúl Castro caracterizó a la corrupción como uno de los principales enemigos de la Revolución dimensionó el problema y todo su poder destructivo para la sociedad cubana. Lo vio dentro de esos asuntos a los cuales Fidel aludió hace casi 6 años en la Universidad de la Habana, cuando  consideró los flagelos que podían dar al traste con la Obra del 59 y autodestruirnos como país.
Raúl   definió sus dos partes y llamó la de “cuello blanco”,  a la cometida por directivos y funcionarios nacionales y extranjeros vinculados con el comercio exterior y la inversión extranjera y las  fechorías realizadas  por delincuentes comunes en complicidad con dirigentes administrativos y empleados de dependencias estatales: Transporte, Industria Alimentaria, Comercio, Gastronomía, Sistema de Viviendas, Industrias  Básica y la Agricultura escenarios proclives para esos delitos.
Como ambas manifestaciones desangran al país y al patrimonio de nuestro pueblo, como unos de los principales problemas ideológico en la actualidad,   es por lo que el delineamiento económico y social de Cuba incluye la estratégica acción de combatir incansablemente esos males, actuar estrictamente apegado a la Ley y no hacerlo una campaña más  “dándole la razón a aquellos que esperan que todo volverá a ser igual y que las aguas cogerán su nivel”.
Son acciones determinadas la lucha contra el sacrificio ilegal de ganado vacuno, contra “aquellos burócratas corrompidos, con cargos obtenidos a golpe de simulación y oportunismo que utilizan las posiciones que todavía ocupan para acumular fortunas, apostando a una eventual derrota de la Revolución” y todo lo que equivalga a la obtención de beneficios personales con los recursos colectivos.
En la solución debe haber un rescate ético, pues se involucran personas, que aún cuando conocen que  es inmoral no saben rechazar un beneficio personal y llegan a traicionar hasta su propio yo, alejan la virtud de la prudencia,  sin norma propia para el discernimiento entre el bien y el mal.
 Las faltas continúas a la honradez, que una vez juraron, les lleva a un proceso de infamia  y tras eso nace la doblez: aparentan ser lo que realmente no son.
 Hasta en el juego hay una ética: Ganar si, pero importa mucho el modo de lograrlo. No a cualquier precio.
Las convicciones y los principios deben estar en el "no" a las proposiciones deshonestas y faltas de dignidades. Se necesita mucho decoro y pensar en las grandes afectaciones que puede provocar, a escala nacional, un solo hecho delictivo de estos tipos en buscas de ganancias para el provecho propio, aparte del deterioro del prestigio personal.
La repercusión negativa en las familias, de actitudes como esas, adquiere un peso determinante y da al traste con toda la labor educativa hecha en los hogares hasta ese momento. Teoría sin ejemplos prácticos no se dan la mano.
A los hijos no se conducen hablándoles del bien y enseñándoles el mal. Resulta dañino si formamos entes a quienes no se enseña que, detrás de las fortunas, tiene que haber trabajo honrado.
Cuando los hombres optan por el crecimiento del capital íntimo,  sin realizar esfuerzos  y dan  el primer paso  al aceptar la más mínimas   prebendas,  se parapetan  con la auto justificación, “si otros lo hacen porque yo no”, y colocan  la primera piedra de la degradación humana.  Lo más lamentable es que esa forma fácil de vida se vuelve un vicio y adquiere categoría de creciente.
La corrupción en la economía de un país actúa como un indetenible salidero, que no puede darle cabida a ningún intento de macro avance, de ahí la urgencia de proyectar el desarrollo futuro del país parejamente a un combate sin tregua al despilfarro.
Para ilustrar  el  alcance del derroche, Raúl Castro la llamó acto de contrarrevolución,  ante el cual sistematicidad, control, severidad, implacables y exigencia adquieren papeles relevantes. El Congreso del Partido trazó las líneas de acción, resta cumplir lo proyectado.
Al apostar por una Cuba mejor interesa cada día la eficacia de la  acción individual, la huella de austeridad y principio que quedan inspirados siempre en hacer bien a cualquier costo y esos deben ser los derroteros que prevalezcan en nuestro proyecto, en nombre de la moralidad que significa a la Revolución Cubana ante el mundo.

Thursday, January 19, 2012


 Apostar por el saber
Por Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@ahora.cu

Hay toda una intención acá en Holguín por dominar los mecanismos financieros en aras de una cultura de saber, a favor de sacarle el máximo a la economía de cada empresa.
 Un amigo mío, Carlos Balan, economista, con una Columna: A Punta de Lápiz, en el semanario ¡ahora!, dice: “Es trascendental escuchar a quienes con la práctica muestran la sabiduría del día al día, que siempre logran ganancias, como la Empresa Eléctrica, Transporte Agropecuario, de la Agricultura o la entidad de seguridad SEPRO.
En estos tiempos de necesaria preparación técnica entre los directivos, como lo defiende  la actualización del nuevo Modelo Económico Cubano, son necesarios  compartir  idóneos valores y practicar buenos hábitos,  para cada día ir al trabajo  para generar resultados.
 Fidel, en Santa Clara, en octubre de 1964 exhortó  “de que los dirigentes  junto a la pasión por la Revolución,  incorporen una fuerte preparación técnica.
El interés acá en Holguín, en la bella ciudad de los Parque, es proporcionar pistas para una idónea formulación de objetivos, para hacer avanzar el sistema empresarial, con nuevos métodos alternativos o complementarios que hagan sagrado el cumplimiento del plan.
El trabajador del conocimiento nuevo, dotado de la profesionalidad exigida, la iniciativa innovadora, el desarrollo del potencial de las personas son cualidades que precisa  la actualización del Modelo Cubano.
Aún persiste la descapitalización de empresas, uno de los fenómenos económicos más reveladores y neurálgicos que urge resolverse, por su   crítica situación en los parámetros de eficiencia y desarrollo.
La evaluación crítica  muestra la necesidad de un cambio de mentalidad, como insiste el Presidente Cubano Raúl Castro Ruz,  para equiparar resultados positivos en los indicadores de la economía, con la manera de pensar de los hombres y mujeres, como profesionales que constituyen el más  valioso activo.
 Cuba apuesta por avanzar en la emergente economía del conocimiento, en que el saber resulta fundamental para la toma de decisiones, cuando el desarrollo territorial es prioridad, para que cada municipio explote eficientemente sus riquezas en beneficio de la localidad.
El control efectivo  de la dirección del Partido Comunista de Cuba, en las diversas instancias, crece en la actividad económica para alertar a tiempo y, con argumentos sólidos, “lo que pueda estar afectando el cumplimiento del Plan, o cualquier otra tarea de importancia social, desde la base hasta el más alto nivel.
Una muestra de que vista hace fe y que el mejor informe es hablar con los productores, con las personas que, desde el surco defienden el Socialismo, constituye aquí en Holguín la visita de directivos partidistas a diversos centros, como sucedió a las vaquerías de los 14 municipios,  donde observaron diversas deficiencias que no dependían de los carentes recursos materiales y, desde entonces  el combinado lácteo Rafael Freyre de aquí recibe más leche, por encima de la entrega que se hacía, con la  misma vacas, solo con más control y exigencia..
Esa acción es una muestra del cambio de métodos y estilo de trabajo, cuando  el  principio de que el Partido no debe asumir otras funciones y misiones que las establecidas en sus Estatutos y documentos normativos, con la exigencia de que cada uno, sea o no militante, haga lo que realmente le corresponde, sin admitir puras justificaciones, ni compromisos que enmascaren superficialidad, chapucería o el dañino triunfalismo.
En Holguín se apuesta por el saber.